El verano permite instantes para revisar material antiguo.
El proyecto que os presento hoy fue uno de los primeros que hicimos con Laia Escribà, allá en 1999, recién saliditos del horno, formando un equipo muy compenetrado y con el lápiz afilado para lo mejor.
Han pasado ya desde entonces más de veinte años, pero el proyecto sigue teniendo una gran fuerza, y en retrospectiva puedo leer en los planos la ilusión que nos guiaba, y que permanece en el trabajo de ambos.
Lamentablemente el proyecto no se llegó a realizar, porque se dió la trágica situación de que Conchita, nuestra clienta, enfermó y falleció.
Sentimos mucho su pérdida, pues era una mujer llena de vitalidad y amor por la vida, y habíamos establecido una relación cordial y llena de respeto y confianza mutua.
El proyecto era su proyecto para pasar la vejez junto a su gran amor de madurez, en una maravillosa casa, cuidando de su hombre (y ese era un deseo explicitado por ella), que era mucho mayor que ella.
El material gráfico del que dispongo es escaso, pero en todo caso muestra la potencialidad de lo que iba a ser una gran casa, en el sentido arquitectónico de la palabra
La vivienda tiene la particularidad de ser una vivienda de generosas dimensiones, 300 m2 construidos, pero que dispone sólo de una habitación principal, en planta baja, y un apartamento de invitados en planta primera, el resto de programa consta de un gran salón y dos estudios, además de la suite principal.
La casa se sitúa en la parte alta del terreno, con el fin de abrir la fachada de la zona de estar al sur, a las vistas y a un amplio jardín, con un porche que es extensión del espacio interior.
Éste esquema abre las puertas a una arquitectura bioclimática, con control de la radiación solar mediante aleros adecuadamente dimensionados y ventilación cruzada para la regulación climática de los espacios interiores.
La casa consta de estancias amplias, bien iluminadas, con amplias visuales que se prolongan al jardín y al paisaje.
En la fachada a norte se coloca el garaje y las piezas de servicio, que actúan como filtro entre la calle y las zonas de habitación y estar.
La distribución es diáfana y fluida, con un recorrido filtrado desde la parte más pública de la casa hasta la zona más privada, dominio de la pareja.
Tanto espacial como volumétricamente la casa se concibe desde el estudio de las grandes casas americanas de inicios del siglo 20, con énfasis en la fluidez y horizontalidad de las formas, y la disolución de los límites entre espacio interior y espacio exterior.
Una arquitectura orgánica, que según sus creadores debía, y cito el artículo “Casas mid-century modern, Neutra, Eichler, Alexander…”:
- estar inspirada por la naturaleza y ser sostenible, saludable, preservadora y diversa;
- desplegarse como un organismo, a partir de la semilla en su interior;
- existir en el “presente continuo” y “empezar continuamente”;
- seguir los “flujos” (una idea próxima a conceptos taoístas como “tao“, “wu wei“, “feng shui“) y ser flexible y adaptable;
- satisfacer necesidades sociales, físicas y espirituales;
- extenderse más allá del propio emplazamiento y ser único (respeto por la personalización y el concepto individualista de la existencia);
- celebrar el espíritu de la juventud, el juego y la sorpresa.
- expresar el ritmo de la música y el poder de la danza.
Espero que os guste la casa.