SER, o no SER, esa es, efectivamente, la cuestión.
SER es existir, existir es cultivar las raíces, escuchar el lenguaje del alma, tanto tiempo abrasado por los eslóganes de la modernidad.
SER, en éste caso, es volver a una alimentación sana, natural, a una armonización de los sentidos a través de la alimentación.
Por eso la apuesta al remodelar el local de SER es la vuelta a lo esencial, a un ambiente sencillo, donde la nobleza de los materiales y la franqueza de su puesta en obra otorgan al ambiente una cualidad especial, que resuena con ese espíritu de vuelta a las raíces.
Hay algo innegable en ésta puesta en obra: uno de los propietarios, y el arquitecto, son hermanos. Lo cual, en otros momentos vitales hubiera podido ser un obstáculo, pero precisamente ahora es una especie de catalizador de ideas, un acelerador de partículas. La sincronía con Anunciada, la otra propietaria, hace de la amalgama un cheetah team deluxe.
Esa confianza viene reafirmada por la presencia de una figura esencial: Patricia Losada, una mujer inteligente, audaz y comprometida en sus labores de contratista. Sin ella la obra seria el habitual sórdido forcejeo entre cliente y constructor, a la manera española, es decir, a ver quien puede más, por ponerlo en términos suaves.
Se hace indispensable su anticipación ante los problemas constructivos, su conocimiento de los sistemas y materiales. Su buena disposición a solucionar los inevitables contratiempos que supone cualquier reforma, desde un conocimiento consolidado de la profesión y un patente buen gusto. Sin extenderme más en loar su buen hacer, si necesitáis una empresa que os lleve una reforma u obra en Madrid, hablar primero con Patricia.
Volviendo al local, nos encontramos ya en un estadio muy avanzado de la obra. Los elementos esenciales de la reforma están ya establecidos:
- Suelo de microcemento, una base continua de color gris perla que unifica los diferentes ámbitos del local.
- Panelado de madera de abedul, un elemento flexible que regulariza la geometría del local, convirtiéndose sucesivamente en zócalo, mueble expositor, banco corrido bajo la ventana, barra,… Una cinta que envuelve el local en un ambiente cálido, que contrasta con la rotundidad del pavimento.
- Enyesado de paredes y techos, un blanco-roto-grisáceo que recicla la luz y serena el ambiente.
Quedan aún algunos elementos por complementar:
- El frente de la barra, constituido por una chapa de acero con una greca de 2 cms, colocada en vertical, en una composición bastante clásica, al estilo de algunas elaboraciones del norte de Europa a inicios del siglo XX.
- La iluminación sobre las mesas, con luminarias en forma de grandes bombillas como punto de partida, aunque el modelo aún está por determinar, y que se tiene que complementar con los halógenos empotrados en el falso techo.
- La substitución o limpieza de las carcasas de los cassettes de aire acondicionado, que en éste momento exhiben una desagradable sonrisa de nicotina, y que hemos de conseguir camuflar.
- La verja de entrada, según diseño del arquitecto, y que llegará en dos semanas para, tachán!, sorpresa general. A ver cómo queda.
En todo caso estamos disfrutando de la experiencia, y lo que es mejor, a medida que avanza la obra estamos más y más satisfechos con la obra. Pronto podré usar el pasado, que tanto me gusta: la obra de SER me satisfizo mucho. Que hermosa forma verbal!
Gracias Chincho, Anunciada y Patricia, por ésta edificante experiencia. De todo corazón.